INES DEL ALMA MÍA
ISABEL ALLENDE
Inspirada de fondo en hechos y
personajes reales, se trata en realidad, como afirma textualmente la autora, de
una «obra de intuición», es decir, de una estricta ficción novelística. El
personaje central es poco relevante, salvo como prototipo de la primera
generación de colonizadores del territorio de la Araucania. Sin embargo, de él
se vale Isabel Allende para poner una vez más de manifiesto su habilidad para
hilvanar argumentos sugestivos con elementos no muy sólidos pero atrayentes
para el gran público.
La acción, ágil y variada,
combina elementos eróticos, sentimentales, hazañas militares, intrigas
políticas, descripciones de paisajes, apelaciones feministas y cuadros de
costumbres en una mezcla indudablemente entretenida y tratada con destreza para
evitar excesos de crítica que puedan herir susceptibilidades.
Así, se critica a los
conquistadores españoles pero sin demasiada agresividad, se exalta el
indigenismo evitando una excesiva idealización, se presenta a algunos
eclesiásticos de modo poco favorable pero de forma breve y escueta, y las
escenas eróticas resultan más insinuantes que detalladas y extensas.
Todo está bien calculado en el
texto, de un modo que parece fruto de larga experiencia en el ámbito del «best
seller», tanto el estilo como el trazado de personajes y el desarrollo
argumental, para ofrecer un producto de consumo. En definitiva, Allende repite
esquemas y modos para no defraudar a sus adeptos, exhibiendo con discreción su
habitual permisivismo moral y su reivindicación de unas clases sociales
desfavorecidas tan distantes de ella.
Aunque parte de la obra es fiel a muchos hechos, la autora se
toma numerosas licencias y especula desde la ficción, haciendo una versión
personal de la historia.
Otros muchos detalles y hechos biográficos han sido alterados o
inventados para acomodar e intensificar los efectos dramáticos del argumento.
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