EL
NOMBRE DE LA ROSA
UMBERTO
ECO
"El nombre de la rosa", novela
escrita por Umberto Eco en
1980, desarrolla su historia en el año 1300, en un monasterio benedictino, tiene aspectos de novela de detectives, rica en facetas, que destaca una
época histórica y con varios niveles de
lectura.
La novela está muy bien narrada con muchos detalles que dan qué pensar. Algunos personajes han existido y son históricos de la época en que se desenvuelve el relato. La base son los misterios, la búsqueda de la razón, la ciencia y que son motivo de debate filosófico y ético dentro de la iglesia de la época.
La novela tiene como protagonistas a Guillermo
de Baskerville, un monje franciscano y antiguo inquisidor y Adso de Melk,
un joven novicio, que es también el narrador de la historia.
El personaje principal, Guillermo de
Baskerville es un personaje particular. Su mentalidad va a contracorriente respecto
a las ideologías de la época, en contra de lo que se predicaba, para ser un
monje alimentaba un interés muy fuerte por el conocimiento y los temas
científicos, además su método de investigación se basa en la búsqueda de una
explicación racional y esto, unido a su fuerte capacidad deductiva.
El tema principal se desarrolla en torno
a la búsqueda del conocimiento. Para entenderlo hay que ser
conscientes de que en la Edad Media todos los aspectos de la vida y la mente
del hombre estaban ligados a la religión y el conocimiento se limitaba a lo que
decían las Sagradas Escrituras o a lo que apoyaban los teólogos y filósofos
antiguos (Aristóteles es el ejemplo dominante), por lo que quien iba más allá y
realizaba nuevos estudios era visto como un pecador y
condenado como hereje por la propia Iglesia.
Además, la doctrina se basaba en
el desprecio absoluto de la vida terrenal y, por tanto, de sus
placeres y entretenimientos que alejaban a uno de Dios.
La muerte de los frailes estaba
vinculada a un libro de la poética
de Aristóteles referente a la comedia (cuya existencia se
negaba), donde se exaltaba la diversión y la risa, pero estos conceptos eran
inconcebibles en la época, porque como dice Jorge, el bibliotecario, la risa mata el miedo y sin miedo no
puede haber fe.
Este personaje parece estar obsesionado
con el tema, emblema de la sociedad cerrada de la época, de hecho al final
resulta ser el autor de las muertes: Había envenenado las páginas del libro en cuestión, para que todo
aquel que hubiera tragado la tinta (era normal chuparse los dedos antes de
pasar las páginas), muriera. Además, su personaje, que es ciego, es en realidad
una metáfora de una fe ciega, que no permite el compromiso.
La complejidad del camino que lleva al descubrimiento de la verdad también
está simbolizada por la biblioteca donde se escondía el libro, formada por un
intrincado laberinto.
En el final del libro acaba
incinerado por las llamas de un incendio que envuelve la biblioteca, que se
tragará no sólo la mayoría de todos los manuscritos que allí se encuentran,
sino al propio Jorge, que optará por morir junto con el secreto que
esconden las páginas escritas por el filósofo.
Entre los temas secundarios desarrollados emerge la denuncia de una
Iglesia corrompida por la riqueza en la que proliferan los pecados de la gula y
la lujuria frente a la
realidad devastada de los pobres, que paradójicamente se ven obligados a pagar
tributo al monasterio y se encuentran rebuscando entre los restos de la comida
del mismo para sobrevivir.
La chica de la que se enamora Adso es un
ejemplo de ello: Porque está dispuesta a ofrecer su cuerpo a uno de los monjes
a cambio de comida. La sociedad medieval también estaba totalmente
invadida por la violencia, como demuestran las numerosas escenas en las que
la sangre es el elemento dominante.
La novela reúne muchos aspectos memorables: buena narrativa, aspectos de la historia, culturales, de vida y costumbres medievales, ambiente, y todo ello combinado con grandes dosis de misterio, investigación, religión, temores y muerte. Todo ello hace que la novela sea valorada muy positivamente a través de los tiempos.