El entorno madrileño de la primera parte de Ángel Guerra,
novela de Benito Pérez Galdós.
Galdós llegó a Madrid, procedente de Las Palmas de Gran Canaria, en 1862, para estudiar Derecho, carrera que no terminaría, en la entonces “Universidad Central” (actualmente Universidad Complutense), situada en la Carrera de San Bernardo.
“Entré en la Universidad, donde me distinguí por los frecuentes novillos que hacía, como he referido en otro lugar. Escapándome de las cátedras, ganduleaba por las calles, plazas y callejuelas, gozando en observar la vida bulliciosa de esta ingente y abigarrada capital. Mi ocación literaria se iniciaba con el prurito dramático, y si mis días se me iban en "flanear" por las calles, invertía parte de las noches en emborronar dramas y comedias. Frecuentaba el Teatro Real y un café de la Puerta del Sol, donde se reunía buen golpe de mis paisanos. (B. Pérez Galdós, Memorias de un desmemoriado, II.)
La antigua Universidad de San Bernardo, a finales del siglo XIX Historia Urbana de Madrid: Galdós en el Siglo XIX. Capítulo III (1862) (historia-urbana-madrid.blogspot.com) |
Después de pasar un corto tiempo en una fonda de la Calle del Olivar, en pleno barrio de Lavapiés, pasó después a una casa de huéspedes de la calle del Olivo, actual Mesonero Romanos. Después residió en la Calle de la Salud, en la Calle Serrano, en el número 2 de la Plaza de Colón (edificio que ya no existe), y en el Paseo de los Areneros, actualmente Alberto Aguilera, y en la Calle Hilarión Eslava, en el barrio de Chamberí, esquina con Gaztambide, en un chalet que ya no existe.
Frecuentó diferentes tertulias, en diferentes cafés en el entorno de la Puerta del Sol, como la que describe en su primera novela, “La Fontana de Oro”. Y en la Puerta del Sol presenció el altercado que se produjo en una manifestación de estudiantes de la Universidad Central, en la llamada “Noche de San Daniel”, el 10 de abril de 1.865.
“El 21 de febrero Castelar publicó en La Democracia un artículo titulado "¿De quiénes el patrimonio real?", en el cual afirmó que "el patrimonio real es patrimonio de lanación...La Casa Real vuelve al país una propiedad que es del país"... El 8 de marzo se dictó auto de prisión contra Castelar, quien evitó ir a la cárcel sólo mediante el pago de una fianza. El 20 del mismo mes, el Ministro de Fomento, Alcalá Galiano, transmitió al Rector de la Universidad Central, Juan Manuel Montalván, una Real Orden exigiendo que procediera inmediatamente a la formulación de un expediente gubernativo contra Castelar, aduciendo como razones el que éste hubiera faltado a su juramento "de profesar siempre la doctrina de Jesucristo, obedecer la Constitución de la Monarquía, y ser fiel á la Reina Doña Isabel II". Al negarse Montalván a cumplir esta orden, fue a su vez destituido como Rector, sustituyéndole Diego Manuel Baamonde y Jaime, marqués de Zafra, a quien Castelar, desde las páginas de La Democracia, calificó de "neocatólico de pelo en pecho...uno de los hombres más funestos que puede haber para la enseñanza”. La toma de posesión de Baamonde, el 10 de abril, fue lo que provocó el famoso incidente de la 'noche de San Daniel' del cual fue testigo ocular, entre otros, el joven Benito Pérez Galdós. Una manifestación de estudiantes en la Puerta del Sol fue disuelta con dureza por la Guardia Veterana a caballo, con un saldo de varios muertos y más de cien heridos”. (Rodgers, E. “Galdós, Castelar y la noche de San Daniel”. Anales Galdosianos, 2007).
Es de señalar la minuciosidad con la que el novelista describe los diferentes ambientes en los que transcurren las andanzas de sus personajes. Sin entrar analizar la influencia que la política de su tiempo tuvo en la obra de Galdós, se puede decir que Madrid es un personaje más en sus novelas, y también que a través de su obra literaria podemos conocer en profundidad, no sólo cómo era la ciudad durante el siglo XIX, sino también la vida cotidiana de sus gentes, y especialmente cómo vivía la clase media, esa pequeña burguesía formada por comerciantes, funcionarios, militares… en definitiva, las gentes que Galdós frecuentaba, y que fueron los modelos para sus personajes.
“A través de los tiempos ciertas ciudades han tenido y tienen escritores que las representan en su creación literaria, París tuvo a Balzac, Londres a Dickens y hoy Nueva York tiene a Tom Wolfe con su reciente novela Bonfire of the Vanities (La hoguera de las vanidades). Por medio de ellos llegamos a conocer el espíritu interior y exterior que les da vida a esas ciudades. Así Madrid también tiene un vocero en su escritor más famoso, trasplantado de Las Palmas en las Islas Canarias, don Benito Pérez Galdós.” (Assardo, M.R., “La influencia de Madrid en tres novelas de Benito Pérez Galdós”, IV Congreso Galdosiano. Biblioteca Galdosiana. Pág. 55).
Pero Galdós no se limita a describir la vida de la clase media. Le gusta recorrer la ciudad y conocer a todo tipo de gente, especialmente las llamadas “clases populares”, y traslada esos recorridos a sus novelas.
Plano del entorno de la Plaza Mayor en tiempos de Galdós Historia Urbana de Madrid: Galdós en el Siglo XIX. Capítulo III (1862) (historia-urbana-madrid.blogspot.com) |
De Fortunata y Jacinta, quizá su su novela más conocida, podemos extraer algunos ejemplos:
“Después de recorrer la calle de Barrionuevo y la plaza del Progreso, la pareja tomó por la calle de San Pedro Mártir, buscando la menos concurrida. «Van a tomar por la calle de la Cabeza –dijo Maxi–, por donde no pasa un alma a estas horas… Al llegar a la calle del Ave María, Rubín se pasó a la acera de los impares y se puso en acecho en la esquina de la calle de San Simón, en la sombra. Detuviéronse: Aurora parecía decir a su galán que no siguiese más. Era prudente esta indicación, y el galán se despidió apretándole la mano. Maxi le miró subir hacia la calle de la Magdalena, y sentía deseos de gritar e írsele encima: «Ratero de mi honor y de todos los honores… ahora las vas a pagar todas juntas».” (García Posada, M. “Guía del Madrid Galdosiano”. Guías Culturales de la Comunidad de Madrid, pág. 75).
Ya en su vejez, en el prefacio escrito en 1913 de Misericordia, dice el gran novelista:
“En Misericordia me propuse descender a las capas ínfimas de la sociedad matritense, ... que se alberga en los populosos barrios del Sur de Madrid. ... El afán de estudiarla intensamente me llevó al barrio de las Injurias, polvoriento y desolado. En sus miserables casuchas, cercanas a la Fábrica de Gas, se alberga la pobretería más lastimosa. Desde allí, me lancé a las Cambroneras, donde tiene su asiento la población gitanesca, compuesta de personas y borricos en divertida sociedad, no exenta de peligros para el visitante. Las Cambroneras, la Estación de las Pulgas, la Puente Segoviana, la opuesta orilla del Manzanares hasta la casa de Goya, donde el famoso pintor tuvo su taller, completaron mi estudio del bajo Madrid, inmenso filón de elementos pintorescos y de riqueza del lenguaje”
(Wikipedia, https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Lugares_de_Madrid_frecuentados_por_Gald%C3%B3s).
Aunque la novela Ángel Guerra se centra en la ciudad de Toledo, en la primera parte encontramos también una vívida descripción de la vida madrileña del último cuarto del siglo XIX. (Assardo, M.R., “La influencia de Madrid en tres novelas de Benito Pérez Galdós”, IV Congreso Galdosiano. Biblioteca Galdosiana. Pág. 15).
Madrid en tiempos de Galdós https://www.esmadrid.com/madrid-galdos |
Al inicio de la novela, Ángel Guerra convive con su amante, Dulcenombre, en un pequeño piso de la Calle de Santa Águeda, cercana al cruce de la calle de Fuencarral con San Mateo. “La casa era de estas que pueden llamarse mixtas, pues en la fechada había cuartos de mediana cabida, de ocho a diez duros de inquilinato… una sola escalera servía el exterior como el interior de la finca, situada en la corta y solitaria calle de Santa Águeda, que comunica la de Santa Brígida con la de San Mateo” (Ángel Guerra, Ed. El Perro Malo, Toledo 2016, pág. 40).
Calle de Santa Águeda, en la actualidad (Google Maps) |
La casa familiar de Ángel Guerra estaba situada muy cerca de la Plaza de las Descalzas, próxima a la Puerta del Sol.
“No tardó en llegar a su barrio natal, que es aquel olvidado rincón de Madrid comprendido entre la plaza de las Descalzas, la costanilla de los Ángeles, las calles de la Flora y de Preciados. Pasó por su casa, situada más arriba de la plazuela de Trujillos, con vuelta a una de las estrechas y solitarias calles que parecen prestadas por la parroquia de San Pedro a la de San Ginés… La casa de Guerra es de fines del siglo XVII, restaurada, de un carácter arquitectónico muy madrileño, toda de ladrillo, menos la holgada puerta rectangular, de jambas almohadilladas y dovelas enormes… “(Ángel Guerra, Ed. El Perro Malo, Toledo 2016, pág. 78).
Monasterio de la Descalzas Reales, en la plaza de las Descalzas Wikimedia Commons |
Iglesia de San Ginéx. Wikipedia. |
La “rama madrileña” de los Babeles vivía en la Calle Molino de Viento (A.G., pág. 59), perpendicular a la calle del Pez, y muy cerca de la actual estación de metro de Noviciado.
Calle Molino de Viento. https://www.pinterest.es/ |
Como en Fortunata y Jacinta, en la que Juanito Santa Cruz, unigénito de una familia acomodada, se empareja con una mujer “del pueblo” (el primero reside en la plaza de Pontejos, y Fortunata en la Cava de San Miguel, junto a la Plaza Mayor), en esta novela su protagonista mantiene una relación amorosa con una mujer de clase baja. La familia de “los Babeles”, además, constituye un verdadero mosaico de personajes populares, que nos recuerdan a los de la literatura picaresca, que junto a la obra cervantina, tanto influyó en el escritor.
“La novela picaresca, en sus manifestaciones primordiales (el Lazarillo, el Guzmán, el Buscón), ofrecía casos ejemplares de un héroe desposeído de la fortuna y de baja extracción social, que se hallaba en constante interacción con el ambiente y en conflicto con la sociedad que amenazaba aniquilarlo. La novela realista del siglo XIX exploraba en detalle esta relación del individuo con el medio ambiente, a lo cual añadía su condicionamiento por la herencia. El pro tagonista de la picaresca se las entendía, además, con las situaciones elementales del vivir, a través de las cuales descubría el mundo de la realidad en sus más crudas manifestaciones. En Galdós podemos seguir la epopeya callada del hambre en numerosos personajes.” (Correa, G., “Galdós y la Picaresca”, 1972- anuariosatlanticos.casadecolon.com pág. 254).
Cava de San Miguel y Plaza de Pontejos Wiikimedia Commons |
Sublevación del Cuartel de San Gil. Wikipedia. |
“En 1880 el entonces exiliado Partido Republicano Progresista de Ruiz Zorrilla, formó una asociación secreta denominada Asociación Republicana Militar (ARM), cuyo objetivo era atraer hacia ella a militares de todos los rangos, incluidos los sargentos, aprovechando el descontento existente en el ejército. Finalizada la tercera Guerra Carlista (1872-1876), cientos de oficiales jóvenes y de suboficiales fueron trasladados, durante los años 1877, 1878 y 1879 desde los puestos del antiguo Ejército del Norte a guarniciones de provincias o a Cuba, y, por problemas presupuestarios, muchos de ellos estuvieron sin cobrar su paga durante periodos en muchos casos superiores a un año… La ARM preparó tres pronunciamientos, fracasando en todos ellos. El primero …con movimientos militares los días 5, 8 y 9 de agosto de 1883, en Badajoz, Santo Domingo de la Calzada y la Seo de Urgel, respectivamente. El segundo, el 27 de abril de 1884, en Santa Coloma de Farnés. Y, el tercero, el del general Villacampa, el 19 de noviembre de 1886”. García Metola, A. “Apuntes sobre la sargentada de 1883 en Santo Domingo de la Calzada”, Berceo 157 145-162 Logroño 2009, pág. 157.
En el primer capítulo Ángel llega a su casa sangrando, después de haber participado en la algarada en la que murieron varios militares de las tropas isabelinas.
“¿Qué dónde estaba yo? ¡Caramba! En donde estar debía… Por la tarde, en la redacción de El Palenque; al anochecer, conferenciando con Montero, el cual me dijo que necesitaba redoblar su audacia para sacar las tropas de San Gil, porque ayer mismo le dejó el Gobierno de reemplazo… luego tomamos un coche de alquiler para ir a avistarnos con Campón, que vive en la calle de Silva… se había determinado que las tropas de San gil y las de la Montaña atravesarían por Madrid en dirección a los Docks (tropas de artillería del cuartel de Atocha)…” (A.G., pág. 45).
A lo largo de la novela asistimos a la transformación de la personalidad del protagonista, desde un revolucionario que toma las armas contra el gobierno conservador, hasta un católico exaltado, que aspira a ser sacerdote. Probablemente estos vaivenes ideológicos se correspondan con las inquietudes del propio Galdós, y sus propias dudas sobre la política y la religión de su tiempo. Influido por el “krausismo” durante su juventud (fue amigo de Giner de los Ríos, iniciador de la Institución Libre de Enseñanza) parece que fue evolucionando hacia posiciones más pesimistas.
“ (El) estado de la sociedad española de principios de la Restauración es el que nos describe Galdós en sus novelas de la primera época. Sus simpatías están con los intelectuales institucionistas, o sea los krausistas españoles, pero como agudo observador ve la incompatibilidad entre el ideal teórico y la aplicación inmediata en su sociedad actual. De ahí que sus personajes dotados de tal ideal fracasen en el mundo ficticio de la novela.” (Gómez Martínez, J.L. “Galdós y el krausismo español”, Nueva Revista de Filología Hispánica, 1983, pág. 57).
Quizá el final del protagonista de esta novela, y el fracaso de su proyecto, sea un anuncio de esa actitud pesimista, o quizá “espiritual”, que se trasluce en sus últimas novelas.
“De carácter violento y apasionado a sumiso y leal amador, de revolucionario a "quijote" de la religión, también Galdós hace variar a su personaje de espacio vital para marcar una vez más los contrastes (otra forma de perspectivismo, esta vez espacial), trasladando a Angel Guerra desde Madrid, espacio-símbolo de la vida activa, hasta Toledo, espacio-símbolo de la vida contemplativa ( ..... asomábase ( ... ) sobre el río, y se olvidaba del tiempo, del mundo y de sí mismo, contemplando, como en las nieblas de un ensueño, las riberas ... "), imbricado el cambio de escenario con el cambio espiritual del personaje (de revolucionario, hombre de acción, a sacerdote, hombre de oración).” (Ruiz Baños, S., “El sistema de contrastes como rasgo de modernidad en Galdós: sublimación y esperpento en Ángel Guerra”. IV Congreso Galdosiano, Biblioteca Galdosiana, pág. 522).
BIBLIOGRAFÍA
Assardo, M.R., “La influencia de Madrid en tres novelas de Benito Pérez Galdós”, IV Congreso Galdosiano. Biblioteca Galdosiana.
Correa, G., “Galdós y la Picaresca”, 1972 - anuariosatlanticos.casadecolon.com
García Metola, A. “Apuntes sobre la sargentada de 1883 en Santo Domingo de la Calzada”, Berceo 157 145-162 Logroño 2009
García Posada, M. “Guía del Madrid Galdosiano”. Guías Culturales de la Comunidad de Madrid
Gómez Martínez, J.L. “Galdós y el krausismo español”, Nueva Revista de Filología Hispánica, 1983
Pérez Galdós, B.Ángel Guerra, Ed. El Perro Malo, Toledo 2016
Pérez Galdós, B. Memorias de un desmemoriado, II.
Rodgers, E. “Galdós, Castelar y la noche de San Daniel”. Anales Galdosianos, 2007.
Ruiz Baños, S., “El sistema de contrastes como rasgo de modernidad en Galdós: sublimación y esperpento en Ángel Guerra”. IV Congreso Galdosiano, Biblioteca Galdosiana.
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